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Editorial

Grasa pericárdica como factor de riesgo emergente: ¿nueva herramienta pronóstica de la TC en la era de la enfermedad coronaria no obstructiva?

Gastón A Rodríguez-Granillo

Revista Argentina de Cardioangiologí­a Intervencionista 2017;(3): 0111-0112 | Doi: 10.30567/RACI/20173/0111-0112


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Los autores declaran no poseer conflictos de intereses.

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Existe un vínculo entre la grasa o tejido adiposo corporal y la aterotrombosis, y en cierto sentido se relaciona, al menos en cuanto a la percepción de la sociedad y de la comunidad médica global no especializada, con la obesidad. La obesidad es una pandemia cuya prevalencia a nivel global continúa incrementándose de forma sistemática en prácticamente todos los países1. La obesidad se asocia a alteraciones metabólicas que incluyen incremento de los niveles de colesterol y de la presión arterial, resistencia a la insulina, y un estado proinflamatorio. En conjunto, dichos mecanismos explican el incremento del riesgo de enfermedades cardiovasculares ateroescleróticas y no ateroescleróticas en estos pacientes2. Paradójicamente, los pacientes obesos con enfermedad cardiovascular establecida tienen un mejor pronóstico que los pacientes más delgados, tanto los que son sometidos a procedimientos de revascularización como aquellos de manejo sistémico3,4. Incluso en pacientes con sospecha de enfermedad coronaria y pruebas funcionales sin evidencia de isquemia, aquellos con sobrepeso u obesidad parecen presentar un mejor pronóstico que los pacientes de peso normal5.

Por estas, entre otras razones, el índice de masa corporal (IMC) ha demostrado ser una herramienta muy limitada en cuanto a su capacidad de reflejar los depósitos de tejido adiposo. En efecto, los depósitos de grasa corporal en distintas localizaciones incluyendo a nivel torácico (pericárdico y extratorácico), abdominal (visceral y subcutáneo) y hepático se relacionan con perfiles cardiometabólicos y pronósticos divergentes6-8. En términos generales, tanto la grasa visceral como la pericárdica han sido asociadas a un peor pronóstico, mientras que la grasa abdominal subcutánea podría tener un rol paradójicamente beneficioso6.

Una gran cantidad de estudios ha demostrado que la grasa pericárdica, de similar origen embriológico que la visceral, puede liberar una serie de citoquinas proinflamatorias y ácidos grasos libres por vía paracrina y vasocrina que ejercen un efecto tóxico tanto a nivel coronario como miocárdico, promoviendo el estrés oxidativo y un estado de hipercoagulabilidad independientemente del IMC7,9-11. Efectivamente, existe una pobre relación entre el IMC y el volumen de grasa pericárdica (VGP)12,13.

La relación demostrada entre el exceso de VGP y la ateromatosis coronaria y eventos cardiovasculares duros podría incluso explicar la notable y característica ausencia de ateromatosis en puentes musculares (trayectos intramiocárdicos)7,13-15. Por otra parte, el VGP se ha vinculado también a la disfunción ventricular e incluso a la fibrilación auricular16,17.

El VGP puede calcularse fácilmente mediante la tomografía computarizada (TC) cardíaca o incluso en estudios de TC de tórax convencional10,11,13. El score de calcio coronario por TC, la herramienta de prevención primaria con mejor capacidad tanto de predicción de eventos coronarios como de reclasificación de riesgo, permite una correcta valoración paralela del VGP11,13.

En los últimos años, la búsqueda de la placa vulnerable ha perdido relevancia en virtud de una serie de limitaciones descriptas en esta misma Revista: 1) las placas “vulnerables” son demasiado prevalentes; 2) pocas placas vulnerables se rompen, y la ruptura de placa no implica siempre eventos asociados; 3) hasta el 40% de las trombosis agudas se atribuyen a lesiones no identificables (erosión de placa)18. Por las mismas razones, la identificación y pacificación local por vía percutánea de placas vulnerables parece una estrategia no costo-efectiva. Es por ello que en la actualidad se ha cambiado nuevamente de paradigma hacia la identificación del paciente vulnerable. En esta empresa, la TC cardíaca emerge como la herramienta más apropiada, identificando un grupo de riesgo previamente soslayado representado por los pacientes con enfermedad extensa no obstructiva, de riesgo similar al de los pacientes con enfermedad obstructiva no extensa19-21.

El score de calcio, un subrogante de la carga de placa ateroesclerótica, es una herramienta segura (< 1 mSv de dosis de radiación efectiva) que no requiere contraste, agujas, ni preparación alguna. Su valor pronóstico ha sido demostrado de forma consistente en una enorme cantidad de estudios multicéntricos de gran tamaño y seguimiento de hasta 15 años, independiente del sexo, etnia, factores de riesgo y de las pruebas funcionales22-24. Además, el score de calcio promueve cambios favorables en el estilo de vida, una mejor adherencia al tratamiento y una mejor selección de los pacientes con indicación de aspirina y estatinas25-28.

A pesar de ello, una serie de estudios recientes sugiere que, dado el efecto que ejercen diversas estrategias de prevención sobre la composición de las placas, el score de calcio debería ser utilizado, al menos por ahora, como una eficaz herramienta de evaluación inicial, pero no de seguimiento29-31. Estas observaciones paradójicas, como por ejemplo el hecho de que las estatinas promueven tanto la regresión de placa como la progresión del score de calcio, sugieren el desarrollo de una nueva generación del score de calcio, cuyo cómputo se vincule no sólo al volumen sino también a la densidad del calcio29. En este contexto, estudios futuros deberán establecer si la determinación simultánea del VGP dentro de estos estudios (o incluso en simples estudios de TC de tórax convencional) permitiría otorgarles un valor incremental por sobre la valoración de las calcificaciones coronarias32.

 

Gastón A. Rodríguez-Granillo MD, PhD, FACC
Departamento de Imágenes Cardiovasculares, Diagnóstico Maipú, Buenos Aires. Investigador del CONICET

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Autores

Gastón A Rodríguez-Granillo
Departamento de Imágenes Cardiovasculares, Diagnóstico Maipú, Buenos Aires. Argentina. Investigador del CONICET..

Autor correspondencia

Gastón A Rodríguez-Granillo
Departamento de Imágenes Cardiovasculares, Diagnóstico Maipú, Buenos Aires. Argentina. Investigador del CONICET..

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Revista Argentina de Cardioangiología intervencionista
Número 3 | Volumen 7 | Año 2017

Titulo
Grasa pericárdica como factor de riesgo emergente: ¿nueva herramienta pronóstica de la TC en la era de la enfermedad coronaria no obstructiva?

Autores
Gastón A Rodríguez-Granillo

Publicación
Revista Argentina de Cardioangiología intervencionista

Editor
Colegio Argentino de Cardioangiólogos Intervencionistas

Fecha de publicación
2017-09-30

Registro de propiedad intelectual
© Colegio Argentino de Cardioangiólogos Intervencionistas

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